¿Cómo hacer que un niño se interese
y tenga buena predisposición al aprendizaje?
Nuestro nuevo aprendizaje sobrevivió el análisis de la Amígdala que es la
policía de las emociones, indicando todo lo peligroso, aburrido, sin significado,
prohibiendo su paso y dando una emoción antes de que la parte “consciente” del
cerebro se entere de que existe. Tener una emoción antes de estar informados de
lo visto, oído, sentido, olido o probado, (como lo habíamos mencionado en la
entrega Amígdala-Hipocampo) nos protege de peligros. Si nos pusiéramos a
reflexionar en las opciones en situaciones peligrosas, aburridas, desagradables
perderíamos segundos valiosos; ejemplo: oír el estallido de un cohete nos hace
saltar en dirección contraria al ruido, o que nos obliguen a estudiar
matemáticas evitaremos la materia a como
de lugar.
Existen dos mecanismos, que nos ayudaran a tener una buena predisposición
al aprendizaje, el primero, la Amígdala-Hipocampo que ya mencionamos y el
segundo la Zona Frontal
del cerebro. La Amígdala
e Hipocampo se dedican a las emociones y el segundo (Zona Prefrontal) a los
sentimientos y si ambas no están en sintonía y a nuestro favor el nuevo
aprendizaje se encontrará con una pared.
¿Para qué nos sirven los sentimientos en el aprendizaje? cuando tenemos un
pensamiento lo etiqueta nuestro cerebro (a esta etiqueta la llamaremos
sentimientos) y estos sentimientos nos ayudan a tomar decisiones. La zona
frontal se divide en dos partes la
Zona frontal derecha y la zona frontal izquierda y sirven
como directores de una orquesta solo que uno es un optimista y la otra es un pesimista; una sin la otra no
funcionan por que se complementan ejemplo: Imagina que quieres aprender a andar
en bicicleta, una te dice “Inténtalo” y otra te dice “Ten Cuidado” ambas
instrucciones son muy útiles, pero imagina que solo una te diera instrucciones;
la que te dice “Inténtalo” sin el cuidado adecuado podría provocar
que te rompieras una pierna y nunca aprenderías a andar en bicicleta; y en el caso contrario la otra que te dice
“Cuidado” sin el intentarlo, produciría que te quedaras sentado y nunca
aprenderías a andar en bicicleta.
Tenemos un dialogo interno en el que nuestros sentimientos están trabajando
de manera automática la mayor parte del tiempo. ¿Cómo controlar nuestros
sentimientos? Cuidando nuestros pensamientos; de tal forma que nuestra manera
de pensar se coordine con nuestros
sentimientos.
Y ¿Cómo puedo ayudar a un niño en este Mar de Sentimientos?, se su Couch de
los sentimientos: dile que puede hacer las cosas, promuévele la constancia, la
esperanza, hazlo sentir seguro y recuérdale lo importante que es aprender cosas
nuevas. Promueve el reconocimiento de los sentimientos y las situaciones que los provocan
Es imposible tener todo el tiempo las condiciones adecuadas para el
aprendizaje, pero fomentar “los sentimientos correctos” ayudarán a los niños a nadar
sincronizadamente con este Mar de los sentimientos.
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