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Presentación

Mi nombre es Nelly Miriam Nieto Anastacio,maestra de jardín de niños, Licenciada en Educación Preescolar, con estudios en Enfermería y Obstetricia, Diplomado en Educación Sexual en Afluentes, Diplomado en la Enseñanza Efectiva de las Matemáticas en el Tecnológico de Monterrey y una apasionada del uso de las nuevas tecnologías en el proceso enseñanza-aprendizaje. Madre de dos increíbles niños, que han sido y seguirán siendo mis mejores maestros,  no sólo en el ámbito educativo sino en la vida.

lunes, 17 de septiembre de 2012

La bicicleta



“Quien logra la victoria sin cometer  errores conquista a un enemigo ya vencido” 
Sun Tzu, El arte de la guerra.

Empecemos esta entrega con una reflexión; imagina que le estas enseñando a andar en bicicleta a un niño; para ese fin te encuentras solo concentrado en enseñarle a andar en bicicleta (sin distracciones), es una calle cerrada o un parque para evitar el pasar de los autos (seguridad) y se encuentra el niño con una bicicleta adecuada a su tamaño (retos adecuados para el niño) y con las medidas de seguridad como casco y rodilleras. Ahora pasa algo inevitable en el proceso de aprender a andar en bicicleta, el  niño se cae.
¿Qué haces?
  1.     Corres a regañar al niño.
  2.        Le dices déjalo yo lo hago.
  3.        Lo comparas con alguien más.
  4.         Le prohíbes andar en bicicleta.
  5.        Lo felicitas.
  6.        Revisas si no se hizo daño y lo alientas a seguir intentándolo. 




A partir de lo que uno haga en ese momento dependerá la reacción del  niño, si aprenderá o no  a andar en bicicleta. ¿Sabes andar en bicicleta? sí la respuesta es afirmativa, te has caído de la bicicleta y hasta puede que tengas ya técnica para caer sin hacerte daño. 
Analicemos las opciones:


La opción uno de regañarlo cuando comete un error dañará su autoestima y evitara que el niño siga intentando para evitar cometer errores y sumarle el regaño.

En la opción dos,  si le dices déjalo yo lo hago, el refuerzo del conocimiento es para el papá y  no para el hijo y solo retrasaremos el aprendizaje o lo podemos truncar.

En la opción tres,  se puede comparar con alguien mejor disminuyendo el esfuerzo que realiza el niño dañando su autoestima. Es probable que sienta vergüenza, envidia y presión por competir. Incluso comparaciones positivas como “Tú eres el mejor”, son potencialmente dañinas porque al niño se le hará difícil alcanzar tu nivel de exigencia. Si le dices que lo aprecias por ser como es, será más probable que se valore a sí mismo. Puede  parecer favorable decirle: ¡tú eres mejor!, pero se sigue comparando  y  a la larga se ha visto que se disminuye el rendimiento escolar, porque sus esfuerzos nunca serán suficientes para la exigencia que siente el niño. Recuerda  en el aprendizaje no hay competencia contra nadie externo solo contra uno mismo, para ser mejores día a día. Si el niño se encuentra desmotivado le puedes hacer ver en que es bueno y recordarle sus éxitos. Entre más le haya costado alcanzar sus metas, el éxito será más significativo.
En la opción cuatro, decirle que si no puede ya no lo intente.  Se pudo cometer el error de asignarle una actividad fuera de sus capacidades y le sea imposible hacerla, pero el error no es del niño es de uno. Es importante aprender a graduar y esto se logra conociendo al niño para no darle retos imposibles de alcanzar o en el sentido contrario, retos que no le causen desafío. Procura no “rescatarlo” si muestra frustración al usar un juguete nuevo o realizar una nueva tarea. Si intervienes y le dices “deja que yo lo haga”, puedes fomentar su dependencia y dañar su autoestima. Su autoestima aumentará cuando exista un equilibrio entre tu necesidad de protegerlo con su necesidad de abordar nuevas tareas.

 La opción 5, de la misma forma cuando el niño comete un error lo que necesita es que lo alientes a seguir intentándolo y que lo felicites cuando ha hecho un buen trabajo. No lo felicites antes   por que puede parecer alabanza.  A todos nos gustan las frases de felicitación, pero hay que ser especifico “Lo hiciste bien” por “Hiciste bien tal cosa”  de esta manera conocerá específicamente sus logros.

En el camino al aprendizaje el cometer errores es algo natural y hasta necesario para apropiarnos del conocimiento. En las opciones anteriores la opción 6 “Revisar si no se hizo daño y lo alientas a seguir intentándolo”, es la opción que le permite al niño seguir aprendiendo, brindando momentos de reflexión, autoconocimiento de sus alcances y la selección de nuevas alternativas para lograr sus objetivos.

Recuerda:

Dale amor incondicional. La autoestima de un niño florece con la devoción incondicional que transmite el amor. El niño se sentirá mejor si lo aceptas tal y como es, sin importar cuáles son sus puntos fuertes, sus dificultades, su temperamento o su destreza. No olvides decirle cuánto lo quieres. Cuando tengas que disciplinarlo, aclárale que es su comportamiento y no ÉL lo que es inaceptable. Por ejemplo, en lugar de decirle “¡Eres un niño malo!” o “¿Por qué no puedes ser bueno?”, dile: “No estuvo nada bien que empujaras “. Puedes lastimarlo. Por favor, no empujes”.
Bríndale atención. Aparta tiempo para dedicarle al niño tu atención completa. Eso le ayudará a reforzar la sensación de que es valioso e importante para ti.

Fomenta riesgos saludables. Anima al niño a que explore algo nuevo. Aunque siempre existe la posibilidad del fracaso, sin riesgos no hay oportunidades para el éxito. Así que permite que  experimente y trata de no intervenir mucho.

Déjalo que cometa errores. Lo más seguro es que el niño cometa  errores en su camino al aprendizaje. Sin embargo, los errores también son lecciones valiosas para que tenga confianza en sí mismo. Por ejemplo, si pone su plato demasiado cerca del borde de la mesa y se cae, pregúntale qué puede hacer de manera diferente la próxima vez para que no suceda lo mismo. De esa forma su autoestima no sufrirá y comprenderá que es normal cometer errores de vez en cuando. Cuando uno  comete un error,  se debe admitirlo. Al reconocer nuestros errores, le estás enseñando a aceptar sus propios errores con más facilidad.

Aceptas sus emociones sin juzgarlo, reafirmas sus sentimientos y le demuestras que lo que dice es importante. Si compartes tus propios sentimientos, él expresará los suyos con más confianza.
Reconoce el esfuerzo, recuerda la entrega El Barco de la Motivación “no es el resultado, es el esfuerzo lo que tenemos que incentivar. En la vida el crecimiento es constante y lo que buscamos alentar es que los niños busquen dar lo mejor de ellos”.

Si te interesa profundizar en el tema te recomiendo visitar el sitio Web de Vidal Schmill  http://www.escuelaparapadres.com/v2/index.html

Investigando sobre bicicletas y autoestima encontré un dato muy curioso de CNN México. Da clic sobre la cita y te enviara a la pagina web. 
La bicicleta es la respuesta al control de peso
Anne Lusk, investigadora de nutrición






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