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Presentación

Mi nombre es Nelly Miriam Nieto Anastacio,maestra de jardín de niños, Licenciada en Educación Preescolar, con estudios en Enfermería y Obstetricia, Diplomado en Educación Sexual en Afluentes, Diplomado en la Enseñanza Efectiva de las Matemáticas en el Tecnológico de Monterrey y una apasionada del uso de las nuevas tecnologías en el proceso enseñanza-aprendizaje. Madre de dos increíbles niños, que han sido y seguirán siendo mis mejores maestros,  no sólo en el ámbito educativo sino en la vida.

jueves, 9 de agosto de 2012

El mar de los sentimientos




¿Cómo hacer que un niño  se interese y tenga buena predisposición al aprendizaje?

Nuestro nuevo aprendizaje sobrevivió el análisis de la Amígdala que es la policía de las emociones, indicando todo lo peligroso, aburrido, sin significado, prohibiendo su paso y dando una emoción antes de que la parte “consciente” del cerebro se entere de que existe. Tener una emoción antes de estar informados de lo visto, oído, sentido, olido o probado, (como lo habíamos mencionado en la entrega Amígdala-Hipocampo) nos protege de peligros. Si nos pusiéramos a reflexionar en las opciones en situaciones peligrosas, aburridas, desagradables perderíamos segundos valiosos; ejemplo: oír el estallido de un cohete nos hace saltar en dirección contraria al ruido, o que nos obliguen a estudiar matemáticas evitaremos la materia  a como de lugar.

Existen dos mecanismos, que nos ayudaran a tener una buena predisposición al aprendizaje, el primero, la Amígdala-Hipocampo que ya mencionamos y el segundo la Zona Frontal del cerebro. La Amígdala e Hipocampo se dedican a las emociones y el segundo (Zona Prefrontal) a los sentimientos y si ambas no están en sintonía y a nuestro favor el nuevo aprendizaje se encontrará con una pared.  
  

 La Zona prefrontal del cerebro, si las viéramos como un pastel  de capas estaría representada por  la de hasta arriba, es la que nos hace seres humanos y nos separa de los primates. El descubrimiento de su funcionamiento fue una cuestión de suerte, un neurólogo Egas Moniz empezó a observar que personas con daño en esta zona no sentían depresión y empezó a hacer cirugías en personas que sufrían de esta enfermedad, cortándolas la zona prefrontal y descubrió que dejaban de estar deprimidos y no tenían otra consecuencia APARENTE, incluso recibió un premio Novel por su descubrimiento y la práctica se popularizó por todo el mundo, hasta que… descubrieron que no tenían ningún sentimiento y esta situación estaba causándoles tantas complicaciones como el estar deprimidos.